Sebastián ha escrito este relato sobre la amistad.
Una vez estaba jugando al fútbol con mi amigo Pedro cuando llegó un chico nuevo llamado Felipe.
Nos dijo- ¿Se puede jugar?
Le dijimos- Claro.
Estábamos contentos porque habíamos hecho un nuevo amigo.
Luego pasaron sus padres a buscarlo.
Le preguntaron- ¿Qué haces?
Él dijo- Papá, mamá, estos son Carlos y Pedro y estamos jugando a fútbol. Mañana ¿pueden venir a casa?
Si claro- contestaron.
A la mañana siguiente fuimos a su casa. Era enorme. Estuvimos jugando. A la semana siguiente salimos por ahí. Nos invitaba a todo, pero un día nos quisieron pegar y él se fue corriendo: nos dejó tirados.
A las dos semanas nos fue a buscar. Le preguntamos - ¿Por qué te fuiste?
Nos dijo- No quería que me hicieran daño.
A nosotros nos hicieron daño-le contestamos.- Tardamos mucho en curarnos. Tú nos dejaste tirados ¿qué clase de amigo hace eso?
Él dijo- Uno como yo, pero da igual, ya se curaron de los golpes. Vamos por ahí que os invito.
Nosotros le dijimos que
Pensábamos – le dijimos mirándole a los ojos- que eras un buen amigo, pero vemos que no. Pero te decimos que te perdonamos porque eso hacen los amigos, perdonarse. Pero prométanos que no nos dejaras tirados otra vez. ¿Lo prometes?
Si, lo prometo. Vamos todos por ahí.
Y se fueron los tres juntos.